Madre Irma

Madre Irmita ha sido una de las monjitas que hemos encontrado cuando ingresamos al colegio y ha seguido en él muchos más años después que nosotras hemos salido. Era mayor ya en esa época y recuerdo que tenía un apodo (como la gran mayoría del profesorado y Madres) que no voy a poner aunque estoy riéndome mucho al recordarlo. Las alumnas eran muy traviesas con ella, y es que es verdad que nuestro querido colegio llegó a un desprestigio total especialmente en 1980 y 1981. Y no por culpa de ella, por supuesto, sólo menciono lo que recuerdo en este momento y me da tristeza, mucha.
Yo he tenido mucho acercamiento con Madre Irmita, porque he sido una de las alumnas que le ha colaborado mucho para adornar una gran pizarra del tamaño del pasadizo que conduce al patio principal del colegio. Me parece que también había una pizarra chiquita en el patio pequeño (el patio por el que se entraba al colegio).
Madre Irma vio que algunas teníamos cierto talento para el dibujo y siempre nos tenía dibujando o escribiendo algo. En esa época, las pizarras eran de cemento y se usaba tiza de yeso, esas de colores. A mí me gustaba hacerlo y respetaba mucho a Madre Irmita, pero cómo me he divertido cada vez que me contaban algo que le habían hecho. Es que las alumnas eran terribles, especialmente las mayores. Eso siempre sucede en los colegios, si las mayores son super traviesas, qué se puede esperar del resto? Las menores aprendían e imitaban todo lo que hacían las de 4º ó 5º. A Madre Irmita le tomaban el pelo pero en realidad la querían mucho. Ella era muy querida.
Otra cosa que me ha marcado con Madre Irma es que ella tenía en una hojita escrita a mano, una oración, que la llamaba "Oración del Estudiante". Es una oración que me acompaña todos los días de mi vida desde la época escolar. Un día se la pasé a máquina (porque en esos años no había aún la computadora) y la puso en una mica o bolsita de plástico para que no se maltratara, y hacía que la rezáramos en la formación, cada día.
El fin de semana que pasó, cuando me reencontré con Carmencita, mi amiga de colegio que también es religiosa y a quien no pude prestarle mucha atención porque estuvimos ocupadas con Rosita cuando ella llegó, conseguí - justamente por Carmencita - algunas palabras escritas sobre Madre Irma, que la Congregación FIC tiene en un librito:

MARÍA IRMA DE JESÚS
Aurora Rengifo Noriega. Falleció el 15 de junio del 2002, de 86 años de edad y 44 de profesión religiosa.
Compartió su vida religiosa en el Hospital del Socorro de Ica, Hospital San Juan de Dios de Ica, en la Misión Santa Teresita de Puerto Ocopa. Como auxiliar de educación, en el Colegio Nuestra Señora de la Candelaria de Camaná, en la Cárcel de Mujeres de Chorrillos y en el Colegio Santa Teresa de la Inmaculada de San Pedro de Lloc donde pasó sus últimos años.
Fue una religiosa humilde, sencilla, servicial y atenta con las personas con quienes compartió su vida, atendió a los enfermos y a las mujeres detenidas en la cárcel.
Sus últimos días los dedicó a la pastoral en la Parroquia de San Pedro de Lloc preparando para los sacramentos.

Así fue Madre Irmita. Algunas de nuestra promoción tuvimos la suerte de compartir con ella en el reencuentro que hicimos en 1999. Ella fue la única Madre que pudo acompañarnos en el almuerzo que hicimos porque las otras 3 que estaban en el Colegio en ese año se encontraban mal de salud, por algo que comieron el día anterior y les cayó pésimo, y sé que fueron hasta la Asistencia para que las atendieran.
En la foto estamos Amparo Díaz, Rita Delgado, yo, Anita Tasson, Rosita Verástegui, Corina Deza, su hijita - Silvanita, y por supuesto Madre Irma. Es de dos o tres días antes al almuerzo, fuimos al colegio a coordinar algunas acciones y de paso a saludarla. Si hubiéramos esperado a cumplir las Bodas de Plata de egreasadas, no la hubiéramos vuelto a ver. Qué buena decisión la nuestra.