lunes, febrero 27, 2006

Tristeza compartida

Acababa de sentarme frente a la pc para escribirles todo lo referido a las coordinaciones que hemos tenido con algunas "chicas" de la promo el fin de semana. Eso quedará para los sigueintes blogs. Me ha llamado Rosita, nuestra Rosita Verástegui, para contarme que su papi falleció esta tarde.
Rosita está en Paiján, donde vivía su papi, pues el señor está separado de su mami desde hace varios años. Rosita llegó desde Tarapoto de frente a Paiján el martes de la semana pasada porque su papi estaba muy delicado nuevamente. Estuvo con fiebre en estos días y se le hacía muy difícil respirar.
Dios, Nuestro Señor, ha permitido que Rosita esté cerca cuando su papi partió a Su casa; la tristeza en momentos como estos debe ser indescriptible, pero compartimos con nuestra amiga Rosita el dolor que significa despedirse temporalmente de un ser tan querido. Quisiera tener un discurso listo para poder decirlo en casos así, no lo sé y sólo sé que la Oración que sale del corazón y se hace con fe es escuchada por el Señor. Ojalá todos los que la queremos, aunque no hayamos conocido a su papá, podamos elevar una pequeña pero sincera oración al Señor agradeciendo por los años que le permitió compartir con su familia y pidiendo consuelo, resignación y fortaleza para Rosita y todos sus seres queridos. Pidámosle también por el alma del papá de Rosita, para que la reciba con los brazos abiertos en Su Gloria y perdone todos sus pecados.
Rosita querida, hermana mía, no sé que decirte. Quiero darte un abrazo muy fuerte en silencio, siento que las palabras a veces estorban y espero que tú, que eres una mujer de tanta fe y sabiduría, sientas mi solidaridad en los sentimientos de hoy. Te quiero mucho Rosita.


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